Las investigaciones afirman que las mujeres tienen cerca de dos veces más probabilidades de ser afectadas por la enfermedad de Alzheimer que los hombres… ¿A qué se debe esto? ¿Podemos evitarlo de alguna manera?
¿Es cierto que las mujeres tienen más probabilidades de padecer Alzheimer?
Lamentablemente para las mujeres, la respuesta es sí. Todos los estudios indican que las mujeres tienen cerca de 2 veces más probabilidades de desarrollar Alzheimer. Por ejemplo, las estadísticas muestran que, después de los 60 años de edad, 1 de cada 6 mujeres la padecerá, mientras que se presentará en 1 de cada 11 hombres.
Y esta tendencia se debe a varios motivos diferentes:
1- Cambios hormonales de la menopausia. Los estrógenos no solo son hormonas sexuales, participan en muchas funciones del organismo por lo que su pérdida aumenta el riesgo de desarrollar diferentes enfermedades y una de ellas es la demencia senil de tipo Alzheimer. Por eso, en aquellas mujeres que se someten a tratamientos hormonales desde la menopausia el riesgo de Alzheimer es menor ya que los estrógenos farmacológicos siguen protegiéndola más tiempo.
En particular, la disminución de las hormonas esteroides gonadales, especialmente el 17β-estradiol, durante la menopausia se ha implicado como un posible factor de riesgo específico de la mujer para Alzheimer, al tiempo que afecta las redes neuronales relacionadas con el estrés y la función del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPA).
2- Las mujeres viven más y, por lo tanto, tienen más tiempo para desarrollar esta enfermedad cuyo riesgo aumenta a medida que envejecemos ya que el cerebro va perdiendo capacidades y dañándose.
El mayor factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer es la edad: cuanto mayor sea una persona, más probabilidades tendrá de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Dado que hay más mujeres mayores que hombres mayores viviendo en nuestra sociedad (5,7 millones más) y que cuanto mayor sea una persona, más probabilidades tendrá de desarrollar Alzheimer, es normal que haya más mujeres con esta enfermedad.
3- La presencia del gen ApoE4 en los hombres hace que estos tengan un riesgo un poco mayor. Sin embargo, en las mujeres se duplica. Después de la edad cronológica, el mayor factor de riesgo para el Alzheimer es la apolipoproteína E4 (APOE4), un gen que produce una proteína con un papel central en el movimiento del colesterol por el cuerpo. Es importante destacar que está ligado al sexo y tiene un efecto más fuerte en las mujeres que en los hombres. También se expresa de manera diferencial entre razas y etnias.
4- Menor gasto cardíaco en las mujeres de edad avanzada, lo que resta irrigación sanguínea al cerebro y causa deterioro cognitivo.
5- Las mujeres sufren más estrés y la evidencia emergente implica que el estrés psicológico crónico es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. El estrés activa el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPA), lo que provoca una cascada de glucocorticoides, cuyo principal producto final es un aumento de los niveles de cortisol. Los niveles elevados de glucocorticoides aumentan el depósito de beta-amiloide (Aβ) y la patología tau, así como la pérdida neuronal en áreas vulnerables al Alzheimer ricas en receptores de glucocorticoides (GR), como los lóbulos temporales mediales y la corteza frontal. El cortisol también regula varias vías cardiovasculares, metabólicas, inmunológicas y homeostáticas en el cerebro, y el estrés crónico se ha asociado con hipertensión, síndrome metabólico y un sistema inmunológico comprometido10, que a su vez son factores de riesgo de Alzheimer.
Los niveles altos de cortisol se han relacionado con la atrofia del hipocampo, la reducción del metabolismo cerebral de la glucosa (CMRglc) y la gravedad de la demencia en pacientes con Alzheimer.
Esto es relevante dada la mayor prevalencia de Alzheimer en las mujeres, donde las mujeres posmenopáusicas constituyen más del 60% de todos los afectados. Las mujeres también son más susceptibles a sufrir trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés, como el trastorno de estrés postraumático y el síndrome de agotamiento clínico.
Los hallazgos actuales sugieren una respuesta metabólica específica de las mujeres al cortisol que se vuelve más pronunciada después de la menopausia.
6- Los trastornos autoinmunes son más comunes en las mujeres. La última pieza del rompecabezas es que las mujeres tienen aproximadamente el doble de probabilidades de sufrir una enfermedad autoinmune en comparación con los hombres. La razón de esta diferencia no está del todo clara, pero sí está claro que el sistema inmunológico es generalmente más fuerte en las mujeres que en los hombres, y muchas enfermedades autoinmunes son más comunes durante el embarazo. Puede ser que el sistema inmunológico más fuerte de las mujeres se haya desarrollado a través de la evolución para proteger al feto de las infecciones. Entonces, como parte de su sistema inmunológico más fuerte, las mujeres pueden terminar teniendo más placas amiloides que los hombres.
Los cerebros de los pacientes con Alzheimer se caracterizan por la presencia de placas de beta-amiloide (Aß) depositadas entre las células cerebrales, ovillos de proteínas tau dentro de las neuronas y una muerte neuronal extensa. La expresión de genes que contribuyen al desarrollo de la patología amiloide y tau muestra un sesgo femenino y una mayor expresión de estos genes genera mayores cantidades de proteínas involucradas en la patología amiloide y tau. Otros factores, como tener versiones defectuosas de factores de supervivencia neuronal, pueden contribuir a que las mujeres sean más susceptibles a desarrollar Alzheimer.
Los cerebros de los pacientes con Alzheimer también se caracterizan por una neuroinflamación desencadenada por las células inmunitarias residentes de larga vida del cerebro, la microglía, probablemente en respuesta a las proteínas tóxicas Aß,tau y a señales provenientes de neuronas enfermas, moribundas y muertas. En varios estudios genéticos del Alzheimer, esta respuesta neuroinflamatoria y una correspondiente gran cantidad de genes relacionados con el sistema inmunológico se correlacionaron con un mayor riesgo de Alzheimer. Las mujeres generalmente tienen respuestas inmunes más sólidas que los hombres, y varios modelos de ratón con Alzheimer también muestran una mayor neuroinflamación en las mujeres.
Además, se han descubierto características ligadas al sexo en la microglía y se está investigando activamente si estas diferencias intrínsecas en las células inmunitarias y su respuesta inflamatoria contribuyen o no al Alzheimer en las mujeres.
¿Podemos evitar el Alzheimer?
El desarrollo de Alzheimer, como de muchas otras enfermedades, depende en parte de nuestros genes, pero también de nuestro estilo de vida. Por eso, hay muchas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad y, si eres mujer, debes tomártelo más en serio:
1. Sigue una dieta saludable para el cerebro para obtener toda la energía necesaria para su correcto funcionamiento. Necesitas nutrientes esenciales como zinc, magnesio, colina, ácidos grasos esenciales omega 3, etc. Elige alimentos frescos y naturales con antioxidantes que luchen contra los radicales libres que producen estrés oxidativo en el cerebro.
Reduce la ingesta de azúcar y almidón, que dañan el cerebro al aumentar la inflamación. No bebas mucho alcohol.
2. Haz ejercicio físico regularmente ya que el ejercicio reduce el riesgo de Alzheimer hasta en un 45%.
3. Hazte chequeos periódicos para detectar a tiempo cualquier enfermedad o problema que pueda dañar al cerbero, como la presión arterial alta, el exceso de grasa, etc.
4. Mantén tus relaciones sociales, ayudan a mantener el cerebro joven y activo, reduciendo el riesgo de deterioro cognitivo.
5. Reduce el estrés mediante técnicas de relajación, respiración profunda, meditación, yoga, etc. o con suplementos como FemmeUp Zen, formulado a bae de Ashwagandha, una planta adaptógena que nos ayuda a calmar y relajar la mente.
6. Duerme lo suficiente para permitir que el cerebro se recupere y se repare por la noche. Dormir lo suficiente mantiene el cerebro sano.
7. Incluye suplementos para mantener tu cerebro sano, como vitaminas del complejo B (sobre todo B12, B6, B3, B1), zinc, selenio, vitamina D, yodo u omega 3.
8. Desafía tu cerebro, entrénalo y ponle retos para mantener las conexiones neuronales y la memoria. Aprender un nuevo idioma, escribir, leer, jugar al ajedrez o las damas, memorizar listas, etc.
9. No fumes. Fumar daña y constriñe los miles de pequeños vasos sanguíneos que recorren el cerebro y contiene muchas sustancias que dañan las células cerebrales.
Fuentes:
Mosconi, L., Williams, S., Carlton, C. et al. Sex-specific associations of serum cortisol with brain biomarkers of Alzheimer’s risk. Sci Rep 14, 5519 (2024). https://doi.org/10.1038/s41598-024-56071-9
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