Todo el mundo conoce el ácido graso omega 3, pero el omega 7 es menos conocido… ¿Para qué sirve cada uno? ¿Cuáles son sus diferencias? ¿Y sus beneficios? ¿Dónde encontrarlos?
¿Qué son los ácidos grasos omega?
Los ácidos grasos omega son una clase de ácidos grasos poliinsaturados que se consideran esenciales para la salud humana debido a que el cuerpo no puede producirlos por sí mismo y deben ser obtenidos a través de la dieta. Los ácidos grasos omega se dividen en cuatro tipos principales: omega-3, omega-6, omega-7 y omega-9. Cada tipo tiene diferentes beneficios para la salud y fuentes alimenticias.
¿Cuáles son las diferencias entre los ácidos grasos omega 3 y el omega 7?
La principal diferencia entre ambos es que el ácido graso omega 3 es un ácido esencial, es decir, solo podemos obtenerlo a través de la dieta o suplementos; mientras que el omega 7 es no esencial, podemos sintetizarlo a través de otros aminoácidos.
Además, los omega-3 son conocidos por sus efectos en la salud cardiovascular y cerebral, mientras que los omega-7 se destacan por sus beneficios para la salud cardiovascular y de la piel. Veamos más diferencias entre ambos.
1- Ácidos grasos omega 3
Los ácidos grasos omega 3 más comunes son el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). A partir del ácido alfa-linolénico se pueden sintetizar los ácidos grasos EPA y DHA en nuestro organismo.
Se encuentran en alimentos como pescados grasos (salmón, sardinas, atún), nueces, semillas de chía, semillas de lino y aceite de linaza. La variedad DHA viene en forma de pescados de agua fría, como el salmón, la caballa o el atún, mientras que la variedad EPA la obtenemos de las semillas de lino, nueces, semillas de chía, algas, wakame y espirulina.
Los ácidos grasos EPA y DHA participan en diferentes funciones en nuestro organismo, principalmente, a nivel cardiovascular y neurológico. También destacan por su importante papel antiinflamatorio.
Entre sus beneficios encontramos:
- reduce los niveles de colesterol LDL, los niveles de triglicéridos en sangre, disminuye la presión arterial y reduce la inflamación y, por lo tanto, el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- fortalece las membranas celulares.
- evita problemas en la piel como envejecimiento prematuro y acné.
- el DHA es especialmente importante para el desarrollo y la función cerebral, y se asocia con un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
- el consumo adecuado de omega-3 durante el embarazo y la infancia puede apoyar el desarrollo cognitivo y visual.
- los omega-3 pueden reducir el riesgo de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el trastorno bipolar, así como mejorar los síntomas en personas que ya los padecen.
- ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para trastornos inflamatorios como la artritis y la enfermedad inflamatoria intestinal.
- reduce el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad y de síndrome del ojo seco.
- algunos estudios sugieren que los omega-3 pueden ayudar a mejorar la densidad mineral ósea, lo que puede reducir el riesgo de osteoporosis y fracturas óseas.
2- Ácidos grasos omega 7
El ácido graso omega 7 es relativamente nuevo ya que se descubrió en 2008, por eso es menos conocido.
Es un tipo de ácido graso monoinsaturado y los más conocidos son el ácido palmitoleico y el cis vaccénico.
Lo que hace que el Omega 7 sea tan especial es que su fuente más abundante en la naturaleza proviene de la planta de espino amarillo (Hippophae rhamnoides) que, además, destaca por su alto contenido en vitamina C y en antioxidantes. En concreto, la parte carnosa de la baya y la piel son las partes más ricas en este ácido. Por eso, es más complicado obtenerlo de la dieta y, a veces, es necesario obtenerlo a través de suplementos de espino amarillo como FemmeUp Oil, sobre todo para obtener sus beneficios sobre la piel, las mucosas y el cabello.
Entre sus beneficios destacan:
- ayuda a mejorar la hidratación de las mucosas (ocular, bucal, vaginal), evitando la sequedad propia de algunas etapas como la menopausia.
- regenera la piel y alivia afecciones inflamatorias de la misma.
- previene y elimina el acné.
- favorece el aumento de los niveles de colesterol HDL.
- apoya el crecimiento y la salud del cabello.
- mejora la producción de colágeno.
- protege la salud ocular y alivia los ojos secos.
- promueve niveles saludables de azúcar en la sangre y mejora la resistencia a la insulina.
- reduce las placas en las arterias.
- favorece la pérdida de peso.
Fuentes:
Sanhueza Catalán, J., Durán Agüero, S., & Torres García, J. (2015). Los ácidos grasos dietarios y su relación con la salud. Nutrición Hospitalaria, 32(3), 1362-1375. Recuperado de: https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-16112015000900054&script=sci_arttext
Rodríguez-Cruz, M., Tovar, A. R., del Prado, M., & Torres, N. (2005). Mecanismos moleculares de acción de los ácidos grasos poliinsaturados y sus beneficios en la salud. Revista de investigación clínica, 57(3), 457-472. Recuperado de: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0034-83762005000300010&script=sci_abstract&tlng=pt