A medida que envejecemos, los cartílagos se desgatan, los huesos pierden densidad y el revestimiento de la articulación no puede producir suficiente líquido sinovial. Todo esto lleva a problemas y enfermedades como dolores, osteoporosis, artrosis… más comunes a partir de los 50 años y en mujeres. Para evitarlo, debes empezar a cuidarte desde ya.
Principales problemas osteoarticulares
Las enfermedades osteoarticulares, también conocidas como reumatológicas, engloban todas las patologías relacionadas con el deterioro y disfunción del sistema óseo y articular de sus estructuras.
Como decíamos, son más habituales en mujeres pasados los 50 años y, si no se tratan adecuadamente, pueden causar mucho dolor e incapacidad.
Las más habituales son:
- Artritis reumatoide: es un trastorno autoinmunitario inflamatorio crónico que puede afectar a las articulaciones y otros órganos como la piel, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos. Provoca rigidez, cansancio, dolor.
- Espondilosis cervical: es una afección que afecta las articulaciones y los discos del cuello. Es un tipo de osteoartritis que ocurre cuando los huesos y cartílagos del cuello comienzan a deteriorarse y comprimen los nervios y la médula espinal. Esto puede causar síntomas como dolor de cuello, rigidez y dolores de cabeza.
- Hernia de disco: una hernia de disco, también conocida como disco deslizado o roto, es una condición que ocurre cuando el centro gelatinoso de un disco espinal sobresale a través de un desgarro en la capa exterior del disco. Esto puede ejercer presión sobre los nervios cercanos y causar dolor, entumecimiento y debilidad en el área afectada. Las hernias de disco ocurren con mayor frecuencia en la parte inferior de la espalda, pero también pueden ocurrir en el cuello y otras partes de la columna vertebral.
- Osteoartritis: es el tipo más común de artritis. Es una enfermedad articular degenerativa que ocurre cuando el cartílago protector en los extremos de los huesos se desgasta con el tiempo. Esto puede hacer que los huesos se froten entre sí, causando dolor, hinchazón y rigidez. La osteoartritis afecta con mayor frecuencia las articulaciones de las manos, las rodillas, las caderas y la columna vertebral, pero también puede afectar otras articulaciones.
- Osteoporosis: es una condición que ocurre cuando los huesos se vuelven débiles y quebradizos, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Es más común en adultos mayores, especialmente en mujeres después de la menopausia. La osteoporosis a menudo se denomina una "enfermedad silenciosa" porque generalmente no presenta síntomas hasta un se produce la fractura.
¿Cómo cuidar nuestra salud osteoarticular?
Para cuidar la salud osteoarticular, es importante:
- Realizar actividad física regular. El deporte fortalece los músculos y los huesos, evitando la aparición de estos problemas y aliviando los dolores cuando ya han empezado a surgir. Caminar, nadar o yoga son ejercicios adecuados para cuidar las articulaciones, aunque también hace falta realizar ejercicios de entrenamiento o fuerza.
- Mantener un peso saludable. El sobrepeso y la obesidad desgastan más las articulaciones, por lo que es importante mantener un peso normal. La pérdida de peso reduce de manera significativa el dolor y la rigidez de la rodilla asociados con la osteoartritis de rodilla y el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
- Llevar una dieta sana y equilibrada que incluya mucho calcio y vitamina D para apoyar la salud de los huesos. El calcio y la vitamina D favorecen la renovación ósea, evitando la pérdida de masa de los huesos y, por lo tanto, la aparición de la osteoporosis. También debes asegurar el aporte de ácidos grasos omega 3, antioxidantes y alimentos con vitamina E, que tiene propiedades antiinflamatorias.
- No fumar y evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que ambas sustancias perjudican la salud articular y ósea.
- Mantener hábitos posturales correctos. Al sentarse, mantén la espalda recta. Camina con la espalda erguida. Evita estar muchas horas sentada, levántate a menudo y haz estiramientos. Así evitarás las tensiones articulares.
- Mantener la hidratación. El agua constituye un 80% del cartílago del cuerpo, por lo que debemos beber unos 2 litros de agua a diario para favorecer su producción.
- Dormir bien. El descanso es fundamental porque favorece la desinflamación y ayuda en la salud articular. Duerme unas 7 horas y descansa siempre que lo necesites.
- Tomar complementos dietéticos. La glucosamina y el sulfato de condroitina ayudan a mantener las articulaciones lubricadas y a regenerar y reparar el cartílago dañado. FemmeUp Plenipausia, un compuesto elaborado con angelica sinensis, cimicífuga, trébol rojo, borraja, maca y vitamina E, ayuda a aliviar las molestias en las articulaciones y el dolor inespecífico en las mismas.
- Evitar el estrés y realizar actividades que nos ayuden a relajarnos como la respiración profunda, la meditación, el yoga.
Fuente:
- Poley González, J.A. Ortega Blanco, M. Pedregal González, M. Martín Azofra, C. Hermosilla Camacho, F. Mora Moreno. “Prevalencia de enfermedades osteoarticulares y consumo de recursos. Calidad de vida y dependencia en pacientes con artrosis”. DOI: 10.1016/j.semerg.2011.03.006.