¿Qué ocurre durante la menopausia?
La menopausia, o el fin de la menstruación, es una etapa más del desarrollo humano de la mujer que llega normalmente entre los 40 y los 50 años y es un período en el que ocurren infinidad de cambios en el cuerpo. Todos estos cambios pueden ocurrir a lo largo de un extenso período de tiempo que está relacionado con las etapas del climaterio: la premenopausia, la perimenopausia y, una vez tiene lugar la menopausia (o última regla), la postmenopausia. Con todo ello, en mayor o menor medida, llegan síntomas y molestias que hasta entonces no se habían experimentado, o quizá no con tanta intensidad. Desde sudores y sofocos, cambios de humor, malestar psicológico, dolor articular… hasta problemas relacionados con la sexualidad. Es por ello que la llegada de esta etapa acostumbra a vivirse con miedo y preocupación.
¿Cuáles son los principales síntomas y preocupaciones?
La menopausia es una etapa llena de nuevos síntomas y malestares y, como es normal, hay muchas cosas que pueden llegar a preocupar. En un estudio realizado por el Instituto de la Menopausia en septiembre de 2021 a 1.595 mujeres residentes en España, de edades entre los 40 y 65 años (premenopáusicas, perimenopáusicas y menopáusicas) [1], se constató que más de la mitad (un 51% del total) de las mujeres se mostraba preocupada ante la llegada de la menopausia, siendo las perimenopáusicas el grupo que mayor preocupación mostraba de todas ellas.
De los factores que más preocupaban a las mujeres del estudio estaban: los síntomas y enfermedades asociadas, la pérdida de la vitalidad y energía, la llegada del envejecimiento, los problemas de salud sexual y el fin de la etapa fértil. En cuanto a los síntomas que pueden tener lugar a lo largo de esta etapa, los más frecuentes reportados en este estudio tanto en perimenopáusicas como en menopáusicas fueron, entre otros: los sudores y sofocos, los cambios de humor y problemas para dormir, cambios en el aspecto físico (aumento de peso, flacidez y aparición de manchas y arrugas en la piel), dolor articular y problemas relacionados con la sexualidad. La falta de energía, los cambios de humor y los problemas a la hora de dormir fueron los síntomas que antes aparecían y, tras la menopausia, los cambios físicos, los problemas sexuales y el dolor articular pasaban a ser los más reportados. Y es que, a medida que avanza la menopausia, síntomas como la sequedad vaginal y la disminución de la libido pueden aumentar su frecuencia de manifestación [1,2].
Toda esta sintomatología es concordante, además, con datos encontrados en otros estudios. Se sabe que los sofocos son unos de los síntomas principales de la menopausia, llegando a darse en un 20% de las mujeres, y persistiendo durante más de 5 años tras la menopausia [3]. Junto a estos sofocos o bochornos, siempre y cuando se descarte un origen psicológico, pueden aparecer también problemas de insomnio, lo que afecta en gran medida a la calidad de sueño de la mujer. A nivel psicológico, se ha visto que los niveles de serotonina pueden disminuir en la menopausia y ello puede influir en los cambios de humor, provocando más labilidad emocional, alteración del sueño y pérdida de la libido [4]. La falta de estrógenos que conlleva la menopausia puede provocar también bastantes cambios en nuestra vida sexual, provocando síntomas como la sequedad vaginal, que a su vez genera dolor en las relaciones sexuales. Es común que se experimente una disminución de la libido o falta de deseo sexual. Cabe recordar que la menopausia es multifactorial, lo que significa que sus cambios y síntomas no pueden explicarse estrictamente en base a un factor hormonal u orgánico, ya que otros factores como las emociones, la educación y los factores sociales, entre otros, también tienen un peso importante, llegando a tener un impacto a veces incluso mayor que los factores biológicos por sí solos [6,7,8].
Un interesante estudio realizado en 2017, en Murcia, con una muestra de 256 mujeres de entre 45 y 65 años, analizó los factores relacionados con el bienestar de las mujeres antes y después de la menopausia [11]. En este estudio, un gran porcentaje de las encuestadas reportó la presencia de síntomas de ansiedad o depresión, sentimientos de desmotivación, infelicidad con su pareja y, en menor medida, desinterés social y por la vida. La mayoría también reportó la presencia de dolor muscular o articular, y todos estos síntomas fueron en su mayoría más frecuentes en las mujeres que ya habían pasado la menopausia. Además, se encontraron relaciones significativas entre los síntomas y la llegada de la menopausia en sí misma, ya que la mayoría de los síntomas anteriormente descritos, así como también la pérdida de interés en el sexo, las relaciones sexuales no satisfactorias y el picor vaginal fueron significativamente mayores en las mujeres que estaban en la postmenopausia.
Otros estudios como el de Dennerstein et al. (2007), en su muestra de más de 300 mujeres, o el trabajo de Guthrie et al. (2004), han podido observar cómo los cambios en las hormonas durante el climaterio se relacionan con un aumento de peso, mayor sequedad vaginal y la pérdida de interés sexual, así como también con un aumento del estado de ánimo depresivo [12, 13]. Resultados similares son también reportados por Obermeyer et al., en su tesis doctoral de 2004 [14]. Riguete de Souza Soares y cols., en su revisión sistemática de 2012 [15], hacen hincapié en cómo todas las alteraciones que tienen lugar durante la menopausia provocan que las mujeres tengan miedo a envejecer y cómo eso, a su vez, repercute también en el hecho de tener una vida sexual no satisfactoria. No es de extrañar, pues, que los síntomas de origen psicológico lleguen a ser reportados por más de la mitad de las mujeres [16], o que el estado de ánimo depresivo sea el síntoma más observado en mujeres mayores de 60 años [17].
Hacer frente a la desinformación
Uno de los factores que más contribuye al miedo a la menopausia y a todos los síntomas y malestares que puede conllevar es la desinformación que existe sobre esta etapa. Uno de los datos recogidos en el informe del Instituto de la Menopausia refleja que más de la mitad de las mujeres de la muestra, tanto perimenopáusicas como menopáusicas, manifestó no tener suficiente información para afrontar este período, a pesar de que algunas ya llevaran años lidiando con los síntomas o con la menopausia en sí misma [1,2]. En el estudio, las mujeres manifestaron necesitar más información sobre el impacto físico y emocional que puede haber durante la menopausia, así como también información sobre los cambios en el metabolismo y en la dieta. Asimismo, la existencia de tratamientos y prácticas saludables para mejorar los síntomas (beneficios y riesgos de los tratamientos existentes, o consejos sobre suplementos y/o complementos alimenticios) fue también una necesidad reportada.
Y es que no es casualidad que estudios como el de Obando (2016) hayan mostrado que existe una correlación estadísticamente significativa entre el nivel de conocimientos que tienen las mujeres sobre la menopausia y la actitud favorable respecto la misma [10], es decir, que cuanta más información dispongamos a nuestro alcance, más probabilidades hay de que vivamos esta etapa con una actitud mucho más positiva y adaptativa. Por su parte, Arnedillo et al. en su estudio de 2001 observó que el 98% de las mujeres consideraba importante obtener información antes de llegar a la menopausia, y que al 96% le gustaría recibir algún tipo de información o consejo por parte de profesionales sanitarios [18]. Con ello resaltamos, una vez más, la importancia de promover el conocimiento sobre la menopausia y sobre los tratamientos eficaces que existen [9].
Qué puedes hacer tú: consejos y recomendaciones
Como ya hemos comentado en algunos de nuestros artículos anteriores, existen muchas opciones de tratamientos y recomendaciones que pueden ayudarte a afrontar esta nueva etapa de tu vida de la mejor manera posible.
Dentro de las opciones de tratamiento farmacológico, puedes acceder a recursos como la terapia hormonal sustitutiva (THS) para tratar de nivelar los niveles de estrógenos y progestágenos, ya que puede ayudar a disminuir la sintomatología menopáusica típica como los sofocos o bochornos, o la sequedad vaginal. También existen otras opciones de tratamiento no hormonal, como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), que son antidepresivos (como la paroxetina, la venlafaxina o la fluoxetina) que han mostrado ser eficaces a la hora de mejorar la intensidad y frecuencia de los sofocos, así como también pueden tener beneficios a la hora de tratar la sintomatología depresiva y la labilidad emocional [4]. Es importante recordar, sin embargo, que los ISRS son también uno de los antidepresivos que más efectos secundarios sexuales llegan a generar, ya que pueden provocar disminución de la libido, retraso del orgasmo, anorgasmia (imposibilidad de llegar al orgasmo) así como también problemas con la excitación [5]. Por ello, cualquier tipo de tratamiento farmacológico que decidas comenzar debes consultarlo siempre primero con tu médico de confianza.
Por otra parte, si prefieres optar por la parte de los tratamientos no farmacológicos, hay un seguido de recomendaciones que pueden servirte, empezando por realizar cambios en tu estilo de vida. Una dieta baja en grasas saturadas, limitar el consumo de azúcares refinados, aumentar la ingesta de fibra y agua, consumir una cantidad adecuada de calcio y vitamina D, evitar fumar y limitar el consumo de alcohol y bebidas con cafeína son algunos de los consejos que podrían ayudarte. También puede ser recomendable que realices un control de tu peso e incorpores en tu rutina un poco de ejercicio aeróbico (por lo menos 30 minutos, 3 veces a la semana) [4]. Asimismo, otros estudios como el de Stirtzinger et al. muestran cómo la aplicación de talleres educacionales en mujeres puede ayudar a disminuir la manifestación de síntomas psicológicos relacionados con la menopausia, así como también aliviar la preocupación sobre la sexualidad y provocar una mejoría en sus relaciones sociales [19].
También puedes recurrir a suplementos naturales como FemmeUp Plenipausia, formulado especialmente para tratar algunos síntomas de la menopausia como los cambios de humor o los sofocos gracias a su contenido en Angelica Sinensis, Cimicifuga, Trébol rojo, Borraja, Maca y Vitamina E.
Así que ya sabes, si aún te quedan con ganas de querer saber más, te animamos a que busques información, preguntes a profesionales de salud y acudas a cursos o talleres que te ayuden a ampliar tus conocimientos sobre la menopausia. Y recuerda: la menopausia no es una enfermedad, ni mucho menos es el fin de tu vida sexual.
[1] III Estudio sobre el Impacto de la Menopausia en la Mujer de Hoy (2021). Instituto de la Menopausia. https://www.institutodelamenopausia.com/investigacion/informes/tercer-gran-estudio-sobre-la-menopausia
[2] García, I. (2021). El 60% de las menopáusicas no toma nada para combatir los síntomas… ¿Falta información sobre esta etapa? Instituto de la menopausia. Recuperado de: https://www.institutodelamenopausia.com/divulgacion/consejos/estilo-de-vida/el-60-de-las-menopausicas-no-toma-nada-para-combatir-los-sintomas-falta-informacion-sobre-esta-etapa
[3] Signos y Síntomas. Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. Recuperado de: https://aeem.es/para-la-mujer/signos-y-sintomas/
[4] Torres Jiménez, A. P., & Torres Rincón, J. M. (2018). Climaterio y menopausia. Revista de la Facultad de Medicina (México), 61(2), 51–58. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422018000200051&lng=es&tlng=es
[5] Vercellino, M., & Philippi, R. (2020). Sexualidad, Depresión y Antidepresivos. ¿Cómo enfrentar este dilema? Revisión comprensiva del uso de psicofármacos en Trastorno Depresivo Mayor y Sexualidad. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 58(4), 400–412. https://doi.org/10.4067/s0717-92272020000400400
[6] Simona, J. A., Davis, S. R., Althof, S. E., Chedraui, P., Clayton, A. H., Kingsberg, S. A., Nappi, R. E., Parish, S. J., & Wolfman, W. (2018). Bienestar sexual después de la menopausia: documento técnico de la Sociedad Internacional de la Menopausia. Revista colombiana de menopausia, 24(4), 27–47. https://pesquisa.bvsalud.org/portal/resource/pt/biblio-994843
[7] Hayes, R., & Dennerstein, L. (2005). The Impact of Aging on Sexual Function and Sexual Dysfunction in Women: A Review of Population‐Based Studies. The Journal of Sexual Medicine, 2(3), 317–330. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2005.20356.x
[8] Avis, N., Assmann, S., Kravitz, H., Ganz, P., & Ory, M. (2004). Quality of Life in Diverse Groups of Midlife Women: Assessing the Influence of Menopause, Health Status and Psychosocial and Demographic Factors. Quality of Life Research, 13(5), 933–946. https://doi.org/10.1023/b:qure.0000025582.91310.9f
[9] Ayora Apolo, D. C., Guzmán Cruz, M. M., & Sánchez, M. (2018). Conocimientos y mitos de la menopausia. Enfermería Investiga, 3(4), 198–202. https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/enfi/article/view/386
[10] Castillo Valencia, M. (2016). Relación entre el nivel de conocimiento y las actitudes frente al climaterio en mujeres de 40 a 59 años atendidas en el Hospital San Juan de Lurigancho, junio-julio 2016. [Tesis de grado, Universidad Mayor de San Marcos]. https://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/20.500.12672/5596
[11] García Moriño, M. C. (2017). Factores relacionados con el bienestar de las mujeres en la etapa del climaterio. [Tesis doctoral, Universidad de Murcia]. http://hdl.handle.net/10803/401810
[12] Dennerstein, L., Lehert, P., Guthrie, J. R., & Burger, H. G. (2007). Modeling women’s health during the menopausal transition. Menopause, 14(1), 53–62. https://doi.org/10.1097/01.gme.0000229574.67376.ba
[13] Guthrie, J., Dennerstein, L., Taffe, J., Lehert, P., & Burger, H. (2004). The menopausal transition: a 9-year prospective population-based study. The Melbourne Women’s Midlife Health Project. Climacteric, 7(4), 375–389. https://doi.org/10.1080/13697130400012163
[14] Obermeyer, CM., Reher, DS., & Cortés Alcalá, L. (2004) Decisiones terapéuticas para la menopausia: una aproximación desde las Ciencias Sociales [Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid].
[15] Riguete De Souza Soares, G., Faria Simoes, S., Silveira Fazoli, K., Halász Coutinho, F., & Antunes Cortez, E. (2012). El vivir de las mujeres en el climaterio: revisión sistemática de la literatura. Enfermería Global, 11(25), 440–450. https://doi.org/10.4321/s1695-61412012000100025
[16] Llanos Tejada, F. K. (2004). Conocimientos, actitudes y sintomatología referida a la menopausia en mujeres de un distrito rural de la sierra peruana. Revista Medica Herediana, 15(1), 24–29. https://doi.org/10.20453/rmh.v15i1.815
[17] Gutiérrez Crespo, H. F. (2011). Evaluación de la calidad de vida de la mujer durante el climaterio en la clínica Centenario Peruano Japonesa. [Tesis doctoral, Universidad Nacional Mayor De San Marcos]. https://hdl.handle.net/20.500.12672/2085
[18] Arnedillo Sánchez, M. S., Pozo Pérez, F., & Zarazaga Pérez, M. C. (2001). Grado de información y actitudes de las mujeres premenopáusicas sobre el climaterio. Matronas Profesión, 2(5), 35–39. https://matronasprofesion.es/archivo/vol-2-num-5-2001/?ver=2-1-4
[19] Stirtzinger, R., Robinson, G. E., & Crawford, B. (1992). Educational Approach to Menopausal Distress: Pilot study of patient workshops. Canadian Family Physician, 38, 285–291. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2145430/
[20] Síntomas psicológicos de la menopausia. FemmeUp. Recuperado de https://femmeup.es/blog/sintomas-psicologicos-de-la-menopausia
[21] ¿Qué problemas surgen en la menopausia con relación al sexo?. FemmeUp. Recuperado de: https://femmeup.es/blog/que-problemas-surgen-en-la-menopausia-con-relacion-al-sexo
[22] Libido en mujeres a los 50: no es el fin del sexo. FemmeUp. Recuperado de: https://femmeup.es/blog/libido-en-mujeres-a-los-50-no-es-el-fin-del-sexo
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