La salud hormonal y la producción de hormonas depende de muchos factores y uno de ellos es el equilibrio de nuestra microbiota, es decir, de los microorganismo que habitan en diferentes partes de nuestro organismo, como el intestino, la piel o la vagina. Descubre cómo la disbiosis puede afectar a tu salud hormonal.
¿Qué es la microbiota y cómo influye en nuestra salud general?
La microbiota, también conocida como flora microbiana o microbioma, se refiere a la comunidad de microorganismos, principalmente bacterias, que viven en el cuerpo humano. Estos microorganismos coexisten en diversas partes del cuerpo, siendo el tracto gastrointestinal, especialmente el intestino, el lugar donde se encuentra la mayor concentración de microbiota.
La microbiota es extremadamente diversa y desempeña un papel esencial en la salud y el bienestar del huésped. Aunque la microbiota cambia a lo largo de nuestra vida, los primeros 1.000 días son importantísimos. Esta y se ve influida por muchos factores como el embarazo, el tipo de parto, la alimentación en los primeros años de vida, el tipo de dieta, los fármacos que se toman, las enfermedades crónicas, etc.
Mantener nuestra microbiota sana es esencial para nuestra salud ya que influye en muchos aspectos de nuestro organismo:
1- Digestión y metabolismo: la microbiota intestinal ayuda a descomponer y digerir los alimentos, permitiendo la absorción de nutrientes esenciales y la síntesis de ciertas vitaminas y compuestos beneficiosos. Dicho de otra manera, una microbiota alterada impide o compromete la absorción de nutrientes de nuestra dieta o incluso de los suplementos que podemos tomar.
2- Protección contra patógenos: la presencia de bacterias beneficiosas en el intestino compite con los microorganismos dañinos y puede ayudar a prevenir infecciones por patógenos y mejorar nuestro sistema inmunológico, lo que es importante para prevenir alergias, enfermedades autoinmunes y otras afecciones relacionadas con el sistema inmunológico.
3- Producción de metabolitos beneficiosos: algunas bacterias en la microbiota pueden producir compuestos que tienen efectos beneficiosos en la salud, como ácidos grasos de cadena corta que pueden tener propiedades antiinflamatorias.
¿Cómo afectan los cambios en la microbiota a la salud hormonal?
Como hemos visto, la microbiota de todo el organismo influye en nuestra salud, incluida nuestra salud hormonal.
Algunas hormonas se producen en el propio intestino, dependiendo de la composición de nuestra flora intestinal.
Así, la microbiota intestinal está involucrada en la descomposición y el metabolismo de hormonas sexuales, como el estrógeno y la testosterona. A la parte de la microbiota intestinal que regula los niveles de estrógenos se la conoce como estroboloma.
El estroboloma es el conjunto de bacterias capaz de modular la circulación enterohepática de los estrógenos y así influir en los niveles circulantes de estas hormonas y en su excreción.
Además, los estrógenos también pueden favorecer el crecimiento de algunas bacterias con propiedades beneficiosas para la salud, mientras que inhiben a algunas bacterias dañinas.
Las bacterias en el intestino pueden influir en cómo se procesan y se eliminan estas hormonas del cuerpo. Por eso, si hay un desequilibrio en la microbiota pueden surgir problemas en el ciclo menstrual, irregularidad o incluso síndrome de ovario poliquístico (SOP) en mujeres.
Pero los estrógenos no participan solo en las funciones sexuales, también en otras muchas funciones como regular los niveles de colesterol, proteger los huesos y ayudar a la formación del colágeno. Por eso, mantener la microbiota sana es esencial para nuestra salud ya que si la microbiota está equilibrada, los estrógenos se activarán en su justa medida. Pero si hay disbiosis o desajuste, los estrógenos se ven afectados y pueden aparecer problemas como alteraciones del ciclo menstrual, problemas de fertilidad, sequedad vaginal, aumento del riesgo de infecciones y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares como la obesidad e incluso enfermedades neurodegenerativas.
Además de a los estrógenos, la microbiota puede afectar a otras hormonas como las tiroideas. Hace falta una flora intestinal saludable tener unos niveles estables de T3. Si la microbiota intestinal está alterada, puedes sufrir síntomas de hipotiroidismo incluso cuando tu tiroides está sana.
¿Cómo cambia la microbiota vaginal según el momento del ciclo menstrual?
Como decíamos, nuestra microbiota se ve alterada por muchos motivos y, en las mujeres, uno de ellos son las hormonas que varían según el momento de la vida fértil. Por ejemplo, en mujeres en edad fértil el 75% de los microorganismos que componen la vagina son lactobacilos que protegen el pH de las infecciones.
Durante la menstruación, la sangre puede aumentar el pH de la vagina y favorecer el crecimiento de bacterias patógenas como Gardnerella vaginalis y especies de Prevotella que se relacionan con un desequilibrio de la microbiota vaginal que se resuelve solo al acabar la menstruación.
Y una vez al llegar la menopausia, la microbiota vaginal es mixta y se produce un aumento del pH que favorece la aparición de infecciones vaginales y urinarias, por lo que hay que aumentar el cuidado de la zona íntima.
Además, si llegas a la menopausia con un estroboloma saludable, los estrógenos se mantendrán más activos, reduciendo los síntomas propios de esta etapa como sofocos, sequedad vaginal, aumento de peso, etc.
¿Por qué nuestra microbiota puede verse alterada?
Las causas principales de disbiosis son:
- Estrés crónico
- Alimentación basada en productos procesados y azúcares simples
- Falta de fibra
- Uso de anticonceptivos y antibióticos
- Exposición a tóxicos (higiene corporal, cosméticos, limpieza del hogar…)
Los síntomas principales del desequilibrio de las bacterias intestinales son hinchazón y flatulencias, diarrea o estreñimiento, acné, depresión, cansancio, infecciones recurrentes por hongos o levaduras, reglas dolorosas, alteraciones menstruales, SOP, endometriosis, etc.
¿Cómo mantener la salud de la microbiota?
1- Incluye probióticos en tu dieta para mantener tus bacterias sanas. Puedes encontrarlos en alimentos como el kéfir, la kombucha, el chucrut, el kimchi, el miso, el tempeh.
2- Cuidar tus mucosas (intestinal, vaginal, etc), el terreno donde está la microbiota con ácidos grasos omega-7. Se ha observado en algunos estudios que el omega-7 posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que contribuye a un ambiente intestinal más saludable. Puedes conseguirlo suplementándote con nuestro FemmeUp Oil.
3- Analiza tu higiene íntima, usa productos sin químicos que respeten tu pH. Evita las duchas vaginales.
4- Sigue una dieta sana rica en frutas y verduras frescas que contengan vitaminas, minerales, grasas salusables y fibra.
5- Practica la alimentación consciente y come sin distracciones, saborando y disfrutando tu comida.
6- Incorpora también prebióticos, presentes en alimentos como espárragos, plátanos macho, alcachofas, diente de león o avena.
7- Evita desencadenantes inflamatorios como alcohol, azúcares refinados, grasas trans, etc.
8- Controla el estrés mediante prácticas de relajación, meditación, yoga, respiración profunda o suplementos de Ashwagandha, una planta adaptógena.
9- Mantén una buena higiene del sueño y duerme entre 7 y 8 horas al día.
10- Estos nutrientes te ayudarán a mantener tu microbiota sana: la cúrcuma, el jengibre o el zinc.
Fuentes:
Baker JM, Al-Nakkash L, Herbst-Kralovetz MM. Estrogen-gut microbiome axis: physiological and clinical implications. Maturitas. 2017; 103:45-53. doi: 10.1016/j.maturitas.2017.06.025.
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