¿Qué es la libido?
Libido es un término que proviene del latín y significa deseo o pulsión. Cuando hablamos de libido nos referimos al deseo sexual, es decir, a las ganas que tiene una persona de mantener relaciones sexuales con otra.
Esta libido está influida por las hormonas sexuales que generan una serie de respuestas en el sistema nervioso simpático y parasimpático. Pero, además, sobre la intensidad de nuestra libido intervienen otros muchos factores, tanto físicos como psicológicos: el estilo de vida, el estrés, la educación moral y religiosa, las hormonas, las fantasías, los sentimientos, los problemas de pareja, etc.
¿Hay diferencias entre la libido femenina y la masculina?
Aunque tanto la libido masculina como la femenina están influidas por las hormonas sexuales, lo cierto es que las variaciones hormonales en las mujeres desde la primera regla hasta la última son mucho más acusadas que en los hombres por su marcada ciclicidad mensual, por lo que, durante toda la etapa fértil, la libido femenina está ligada al ciclo menstrual.
Así, es una realidad que debemos conocer y aceptar ya que, según el momento del ciclo, las principales hormonas implicadas en el deseo sexual, los estrógenos y la testosterona, varían en sus niveles, haciendo que la libido femenina aumente, disminuya o se exprese de maneras diferentes. Estas hormonas son producidas por los ovarios y son las responsables de las fluctuaciones hormonales y de la intensidad del deseo femenino a lo largo del ciclo menstrual. Por ejemplo, durante los días previos a la ovulación, el cuerpo de la mujer registra un pico de estrógenos, por lo que es habitual que la libido femenina estará en su momento más alto. Es normal que, en estos días, te notes más animada, alegre y excitada, lo que hace que tengas más ganas de mantener relaciones sexuales.
Del mismo modo, en los días previos a la regla es normal que los estrógenos estén más bajos y que notemos más irritabilidad, que muchas mujeres expresan como menor ganas de hacer el amor.
Y, una vez llegada la menopausia, el nivel de estrógenos desciende haciendo que las mujeres que más notaban esa fluctuación de la libido durante el ciclo menstrual, también pasen unos años con la libido más baja de lo habitual.
En otras mujeres en cambio, el descenso de los estrógenos hacen más evidente la expresión de sus propios andrógenos, lo que sumado al descanso que les produce la ciclicidad menstrual y otros factores sociales (menor dependencia de hijos, mayor confianza en si mismas, menos prejuicios) puede dar lugar a un aumento de la libido en la misma etapa.
En los hombres también hay una influencia de las hormonas, pero hay una sensación de mayor estabilidad, por lo que su libido no varía del mismo modo que el deseo sexual femenino mes a mes.
Otra diferencia es que, mientras que el deseo del varón acostumbra a ser finalista (la mayoría de las veces, el hombre persigue el coito y la penetración), directo y visual, el deseo femenino es más amplio y se ve habitualmente más influido por diversos factores. Así, el modelo de sexualidad típicamente masculino es lineal, mientras que el femenino es circular ya que en él intervienen aspectos físicos, emocionales y cognitivos.
¿Cómo funciona la libido en la mujer?
Como decíamos, el deseo sexual de la mujer depende de dos factores principalmente: el factor físico (la suma del factor hormonal y otros aspectos fisiológicos del aparato reproductor y sexual) y el psicológico o emocional.
En cuanto al aspecto puramente físico, la mujer cuenta con una serie de zonas erógenas que, al ser estimuladas, producen excitación sexual, primer paso para que aparezca el deseo sexual. Sin embargo, la parte física sola no es suficiente en la mayoría de las mujeres, no en vano siempre se ha dicho que el cerebro es el órgano más importante del sexo.
Esto se debe a que cualquier parte de nuestra anatomía puede ser un punto de excitación con la estimulación adecuada si nuestro cerebro lo interpreta como placentero. Por eso hay tantas zonas erógenas.
Y es que para que estemos excitados hace falta que el cerebro comience a fabricar una serie de hormonas: feniletilamina, un compuesto de la oxitocina, responsable de la excitación; y dopamina, el neurotransmisor relacionado con el placer, principalmente. Cuando comenzamos a fabricar esas hormonas, estamos listos para disfrutar del sexo, sea como sea.
Por eso es útil para nuestro disfrute que las mujeres aprendamos a ser sexualmente inteligentes, es decir, a usar el cerebro de manera adecuada durante el sexo siguiendo unos sencillos consejos como:
- aceptar tu sexualidad
- vivirla de manera libre y sin prejuicios ni tabúes
- conocer tu cuerpo y lo que te lleva al clímax
¿Podemos influir en nuestra libido?
En resumen, nuestra libido depende de las hormonas y del momento del ciclo menstrual o de la vida fértil que estemos, pero también de otros muchos factores como el estrés, los problemas con la pareja, las cargas sociales o personales, el estado de ánimo, los prejuicios y tabúes morales que llevemos con nosotras, la percepción de nuestro propio cuerpo, diversas enfermedades y trastornos hormonales o físicos, el cansancio, la fatiga, etc.
Como puedes ver, demasiados factores a tener en cuenta, por eso es normal que suframos muchos altibajos en nuestra libido. Pero si te gusta el sexo y quieres disfrutar de él a menudo, no te vengas abajo, también son muchas las cosas que podemos tener en cuenta para mejorar la libido:
- Los miedos y represiones son la base de muchas disfunciones sexuales. A veces, estos problemas son tan profundos que deben tratarse con un profesional de la psicología o la sexología. Otras veces es suficiente con un trabajo honesto de comunicación con una misma. Reconoce qué te impide disfrutar del sexo cómo te gustaría y desmonta esos prejuicios y represiones que te hacen creer que el sexo, o determinadas prácticas, son malos.
- Conoce tu ciclo menstrual y cómo este afecta a tu estado de ánimo y tus ganas de mantener relaciones sexuales, y no dudes en compartir tus descubrimientos con tu pareja, para que él también entienda cómo te sientes en cada momento.
- El estrés afecta negativamente a la vida sexual y amorosa de una persona (hombre y mujer), pero, paradójicamente, practicar sexo puede ser una buena estrategia para liberarnos del mismo. No hay nada mejor que una buena sesión de sexo para sentirse menos estresado. El sexo permite liberar endorfinas, las hormonas del bienestar, por lo que nos hace sentir mejor y más relajados. Puedes crear tu propia rutina y aprovecharte de este beneficio del sexo para liberarte del estrés y fortalecer tu relación de pareja.
- Los problemas de pareja, la rutina o la falta de intimidad marcan la relación y el sexo entre ambos. Si no atraviesas tu mejor momento con tu pareja, es hora de sentaros a hablar y buscar soluciones juntos. Pasad más tiempo de calidad solos, como pareja. Tened una cita, iros de fin de semana romántico, redescubrir vuestra anatomía o, simplemente, pasad un buen rato juntos. Seguro que así surgen las ganas de hacer el amor.
- Frente a la rutina y el hastío en el terreno sexual, nada mejor que la imaginación. Juguetes eróticos, lencería sexy, nuevas prácticas sexuales, ubicaciones o cumplir alguna fantasía sexual seguro que ayuda a mejorar tu libido y el nivel de erotismo en la pareja. Es importante tener confianza con la pareja para poder decirle lo que te gusta y lo que no. De este modo, si disfrutas y llegas al clímax siempre, tendrás más ganas de sexo.
- No te obsesiones con el orgasmo, el sexo es mucho más y se disfruta mucho durante el camino. Estar relajada te hará disfrutar más y, probablemente, alcanzar el orgasmo.
- Acepta tu cuerpo tal y como es, no busques la perfección o las medidas imposibles, no son necesarias para disfrutar del sexo. Y tu pareja está contigo porque le gustas así y disfruta contigo. No te pongas cargas innecesarias.
- Existen algunos suplementos naturales que nos ayudan a restaurar el deseo y mejorar las relaciones sexuales. Por ejemplo la maca, la damiana, el ginkgo biloba, el jengibre y las vitaminas B5 y B6, presentes en FemmeUp Libido, te ayudan a mejorar tus energías y aumentar la libido.
- Por último, es importante que te conozcas bien y sepas lo que te gusta. Descubre tus zonas erógenas, tu punto G y tu punto A, si disfrutas con la penetración o bien lo haces más con la estimulación externa del clítoris, cómo consigues llegar al orgasmo, qué posturas te dan placer y cuáles no… Y no dudes en compartir toda la información relevante con tu pareja para que ambos disfrutéis más.
Redacción: Irene García, Directora de Contenidos de Fourcats Media
Berman Laura; Berman Jennifer (2005), Solo para mujeres, Espasa Calpe.
Geodakyan V. A. Geodakyan S.V. (1985). Is there a negative feedback in sex determination? “Zurnal obschej biol.” 46 N 2 201-216.