Inmersos en pleno verano y en la temporada de olas de calor, es importante saber cómo evitar sus peligros y qué debes hacer en estos días de máximo calor para evitar consecuencias dañinas para tu salud.
Peligros de las olas de calor
Una ola de calor es un fenómeno meteorológico caracterizado por un período prolongado de altas temperaturas inusualmente elevadas para una determinada zona. Durante una ola de calor, las temperaturas diurnas y nocturnas son significativamente más altas de lo normal. Es decir, aunque se trate del verano y sea normal que haga mucho calor, durante una ola de calor las temperaturas suben por encima de lo habitual y el calor es tan fuerte que puede ser perjudicial para la salud, sobre todo para los grupos más vulnerables como los niños pequeños, los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas.
Si la temperatura corporal se eleva por encima de los 38ºC podemos sufrir diversos problemas:
- Golpe de calor: es grave y potencialmente mortal y se produce cuando el cuerpo no puede regular su temperatura adecuadamente, elevándose por encima de los 40 grados. Los síntomas incluyen piel caliente y seca, pulso rápido y fuerte, dolor de cabeza, mareos, confusión, convulsiones y pérdida del conocimiento. El golpe de calor requiere atención médica inmediata ya que, si no, puede conducir a la muerte.
- Agotamiento por calor: ocurre cuando el cuerpo pierde grandes cantidades de líquidos y sales debido a la exposición prolongada al calor y a la deshidratación. Los síntomas pueden incluir debilidad, mareos, desmayos, náuseas, vómitos, calambres musculares y piel pálida y húmeda.
- Deshidratación: las altas temperaturas pueden provocar una mayor pérdida de líquidos corporales a través del sudor. Si no se reemplaza adecuadamente el agua y los electrolitos perdidos, puede producirse deshidratación. Los síntomas pueden incluir sed intensa, boca y piel seca, debilidad, mareos, cansancio extremo y micción escasa o de color oscuro.
10 consejos para combatir una ola de calor
1- Mantente bien hidratado y bebe mucha agua. No esperes a tener sed para beber agua, hay que mantenerse hidratado y evitar la pérdida de líquidos bebiendo constantemente, sobre todo en las horas de más calor. No abuses de las bebidas con cafeína, ni de los refrescos azucarados y evita el alcohol, que favorece la deshidratación.
2- Evita estar al aire libre en las horas centrales del día y hacer deporte o trabajos al sol. Aprovecha las primeras horas del día o el anochecer.
3- No tomes el sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y busca lugares frescos y sombreados. No te quedes dormido al sol. Si no tienes acceso a un ambiente fresco, busca refugio en centros comerciales o lugares públicos frescos.
4- Protege adecuadamente la piel con una crema de protección solar, y la cabeza y los ojos con sombreros o gorros y gafas de sol.
5- Mantén las persianas bajadas durante el día y las cortinas cerradas para evitar que la casa se caliente mucho.
6- Si no tienes aire acondicionado, coloca un cuenco de metal con hielo y sal delante de un ventilador y verás cómo refresca mucho más.
7- Evita las comidas pesadas y abundantes y opta por comidas ligeras y refrescantes como ensaladas, frutas, cremas y sopas frías, etc.
8- Si notas mucho calor en el cuerpo, refréscate con un baño de agua fresca o sumerge las muñecas y los pies en agua fría. Refréscate también la cara y la nuca.
9- Usa ropa ligera, holgada, de tejidos transpirables, como el algodón o el lino, que ayudarán a mantenerte fresco y permitirán la evaporación del sudor.
10- Mantente informado y sigue las recomendaciones y alertas emitidas por las autoridades locales de salud y meteorología. Si hay aviso de alerta por calor, toma precauciones extra, sobre todo en los grupos vulnerables.
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Fuentes:
Fernández Mas, E., Vilavella Lizana, C., Saúl Gordo, E., Sánchez Tejeda, E., & Balmont Pi, G. (2016). Golpe de calor. FMC Formación Médica Continuada En Atención Primaria. https://doi.org/10.1016/j.fmc.2015.11.008
